por Fernando Gutiérrez Almeira Hay una diferencia fundamental entre la manera de ser del pueblo chino y la manera occidental. En Occidente la gigantesca influencia que los filósofos racionalistas tuvieron en la construcción del pensamiento político llevó a una mentalidad que pone énfasis en la relevancia autónoma de la teoría sobre sus consecuencias prácticas, una tendencia que tiene sus raíces en las idealizaciones cristianas que apuntaron durante mucho tiempo a un desapego de las cuestiones llamadas espirituales de las cuestiones llamadas materiales. Mientras tanto, en China, el país más ateo de la Tierra, el confucianismo generó una mentalidad centrada en la práctica y las consecuencias de la práctica concreta sobre el individuo y la sociedad, con un discurso caracterizado por el establecimiento de principios de acción y no de largas y sofisticadas argumentaciones teoréticas. Otra diferencia fundamental, a la que también contribuyeron las disputas entre racionalistas y empiri