Ir al contenido principal

Miguel Sofía imputado por homicidio como responsable del asesinato de Héctor Castagnetto


Además, fue imputado por el delito de asociación para delinquir por formar iparte de los escuadrones de la muerte.

Elempresario Miguel Sofía fue miembro activo de los escuadrones de la muerte, también conocidos como Comandos Caza Tupamaros o Defensa Armada Nacionalista (DAN), fueron grupos parapoliciales que operaron en las décadas de los años 1960 y 1970. Sofia se encontraba prófugo desde el año 2009, acusado de crímenes diversos, pesaba sobre él una orden de captura internacional y fue encontrado y detenido a principios del año 2019.    

El asesinato de Castagnetto según Bardesio ver clik aqui

Al otro día, la jueza Fanny Canessa accedió al pedido de Fiscalía y dictó prisión domiciliaria para Miguel Sofía, luego de que la defensa del empresario impusiera un recurso de inconstitucionalidad basado en la proscripción de los hechos.

El abogado de Sofía, Aníbal Martínez Chaer, presentó el recurso ante la Suprema Corte de Justicia porque «ya pasaron más de 30 años desde que volvimos a la democracia y no podemos juzgar esos hechos».

Ahora, el empresario fue procesado por Justicia, por los delitos de asociación para delinquir, por formar parte de los escuadrones de la muerte, y homicidio muy especialmente agravado por el homicidio de Hector Castagnetto.

La jueza Ruibal y el fiscal Perciballe lo imputaron como responsable del secuestro, tortura y desaparición de Hector Castagnetto, según informó Radio Sarandí y confirmó a Montevideo Portal el fiscal Perciballe.

Hector Castagnetto da Rosa desapareció el pasado 17 de agosto de 1971. La última vez que se lo vio fue en la vía pública en la calle Propios y Avenida Italia, alrededor de las 10 de la mañana, cuando, según el informe de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, Castagnetto salió de su casa para ir a entregar unos discos que había vendido en la Feria Tristán Narvaja.

Como testigo de esta desaparición, se presentó la declaración de un policía llamado Nelson Bardesio, secuestrado por el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T) y perteneciente al Escuadrón de la Muerte, en una sesión de la Asamblea General.

En tal declaración se manifestaba que Miguel Sofía había sido uno de los inspectores de Policía que había participado en la detención secuestro y asesinato de Castagnetto.

Hasta el día de hoy, los Castagnetto continúa desaparecido. Según los documentos recopilados por la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado sobre desaparecidos, la Comisión para la Paz  concluyó que Castagnetto falleció en un centro de detención y sus restos fueron arrojados al mar en la zona cercana al Cerro de Montevideo, según informa Montevideo Portal.  

Fuente la republica diario

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Me estoy dando el permiso...

"Me estoy dando el permiso de ir a mi propio ritmo, ya no quiero apurar nada, me agotaron las comparaciones, mi mundo interior es sagrado. Me estoy dando el permiso de tener relaciones sanas, verdaderas, donde todo sea mutuo, ya no quiero exigirme y ni exigir. Me estoy dando el permiso de dejar de sostener lo insostenible, de respetar lo que mi cuerpo experimenta y aceptar. Me estoy dando el permiso de tomar decisiones, aunque a veces cueste, porque por algún tiempo mis elecciones dependieron de cómo el otro reaccionaría ante ellas, entregándoles mi poder personal. Me estoy dando el permiso de ser yo misma, y por momentos me sorprende, me siento más liviana, con paz. Me estoy dando el permiso de expresar mis emociones, llorar si lo necesito, ver mi parte oscura y abrazarla con amor. Me estoy dando el permiso de seguir descubriendo mi sótano, ese lugar que está lleno de lo que por mucho tiempo no quise ver o me incomodaba. Me estoy dando el permiso de decir no, esta vez sin cu

cuánto te pagan por izar la bandera?

Somos el miedo de los gobiernos que mienten en nombre de la verdad. El miedo del poder militar,económico y jurídico que impide la comunicación humana de pueblo a pueblo. Somos el miedo de la soberanía de los piratas del mundo que mutilan el estado de ánimo e impiden la emociones reveladoras. Somos el miedo del poder de los déspotas que reside en mecanismos impersonales. El miedo de las estructuras burocráticas que desalientan las conductas exploratorias. El miedo de las grandes fortunas que se robaron de los derechos naturales. EI miedo de los centros de poder que amenazan con la destrucción total. El de esos varones sensatos y «prácticos» que desean dejar su huella en la historia y creen solamente en lo que pueden forzar y controlar. Somos el miedo de quienes nos adiestran a ser corteses cuando alguna institución nos pisotea. El miedo de quienes temen a los cambios pues su status depende de la rutina y del tiempo de otras personas. El miedo de las tecnologías caprichosas que nos obl

LO ENTERRARON VIVO EN UN ALJIBE

Ha de ser un nervio la ternura. Un nervio que se rompe y no se puede coser. Pocos hombres conocí que hubieran atravesado las pruebas del dolor y la violencia, rara hazaña, con la ternura invicta. Raúl Sendic fue uno de esos hombres. Me pregunto, ahora, qué habrá quedado de él. Lo recuerdo con su sonrisa de bebé en la cara tosca, cara de barro, preguntándome entre dientes: -¿Tenés una yilé? Raúl acababa de comprarse un traje, en la tienducha de un turco que vendía ropa usada, en la Ciudad Vieja, y se sentía de lo más elegante metido en aquella bolsa de sarga marrón con rayas al tono. Pero el traje no tenía el bolsillo chiquito del pantalón, tan necesario para las monedas. Así que él se hizo el bolsillo con una yilé y unos ganchitos. Yo tenía catorce años y era el dibujante de El Sol, el semanario socialista. Me habían dado una mesa, en el local del Partido, y ahí tenía yilé, tinta china, tempera y pinceles. Cada semana había que hacer una caricatura política. Los mejores chistes se le o