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Mostrando las entradas de mayo, 2022

MUJERES DE LOS LIBROS

  Eran conocidas como las “mujeres de los libros”. Montaban a caballo, generalmente al amanecer, para tomar su camino a lo largo de las laderas nevadas y a través de arroyos fangosos con un objetivo simple: entregar material de lectura a las aisladas comunidades montañosas de Kentucky. Durante la Gran Depresión, miles de personas vivieron al borde de la inanición. Muchos perecieron. En 1935, el Presidente Franklin D. Roosevelt creó el Works Progress Administration (WPA), bajo su iniciativa New Deal de 1933. El WPA fue diseñado para que la gente se recupere. Uno de sus programas más innovadores fue el Pack Horse Library Project of Eastern Kentucky. Personas de todo el país apoyaron los objetivos del proyecto, pero fueron las bibliotecarias -jóvenes decididas, que con tan solo un sueldo de 28 dólares al mes, llevaron la esperanza de un mundo más allá a través de la lectura a las gentes de las montañas de Kentucky. El desempleo aumentó hasta el 40 por ciento en los Apalaches. Las bibliote

Pobreza infantil

Ser niño no debería suponer un desafío, pero las cifras dicen otra cosa. Cada día, millones de menores conviven con la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades. Nacen con las raíces al aire, desprovistos de futuro y, sobre todo, de infancia. Muchos dejaron de aprender a escribir para instruirse en la guerra, sustituyendo el papel por las armas. Otros, viven guerras interiores y guardan en silencio abusos y humillaciones. A todos ellos, el mundo de la música les ha dado voz a través de canciones que vuelven a convertirse en una plataforma de denuncia.  Luchín,Víctor Jara Esta es una de las canciones más emotivas de Víctor Jara que recuerda la realidad, no tan lejana, que muchos niños vivieron y viven en Chile. Jóvenes asolados por la pobreza que se vieron obligados a hacer de la calle su hogar y a los que canta: “Si hay niños como Luchín / que comen tierra y gusanos / abramos todas las jaulas / pa' que vuelen como pájaros.”  Calle 13 y Mercedes Sosa, Canción para un niño en

FALOPEROS DE MIERDA

Soy Psicóloga. Hace dieciseis años trabajo con problemáticas del consumo. Sí. Con pibes adictos que hacen contorsiones con alguna sustancia para tapar un dolor que no pueden vivir. Ayer recayó Juan. Yo recaí con él. Lo último que le pregunté fue qué consumió. Los dos sabemos que eso es lo de menos. La herida no cierra. Me volvió a hablar de mamá, papá, la novia que lo dejó, sus frustraciones y sus fracasos. Me dijo que era más fácil si se moría. Que no aguantaba más. Que cada vez que volvía a consumir, se daba cuenta de que no podía más ¿Con qué no podés más? Con la vida, no puedo. Con la vida. Me pidió perdón. Perdoname pero no sé si me vaya a recuperar. No quiere decepcionarme. Me dijo que no podía más. No quiero sentir más. Literal. Juan me dijo que no quería sentir más. Así. Como te lo digo. Cada tanto, escucho por ahí que les dicen Faloperos de mierda y yo lo tengo a Juan acá al lado, con un corazón hecho pelota, diciendo que extraña a su papá que se murió hace veintitrés años. Qu

UNA TRISTE REALIDAD

Al final de la tarde fría, recibo la visita inesperada de mis dos hijos. Uno es médico, el otro ingeniero. Ambos exitosos en sus profesiones.  Hace menos de una semana sufrí la muerte de mi amada esposa. Todavía me siento abatido por la pérdida que cambió el rumbo y el sentido de la vida para mí. Sentados en la mesa de la sala de una casa sencilla y simple, donde vivo ahora solo, empezamos a hablar. El tema es sobre mi futuro. Un frío me recorre la espalda. Pronto ellos tratando de convencerme de que lo mejor para mí es vivir en un hogar para ancianos. Reacciono... Argumento que la sombra de la soledad no me asusta y la vejez, mucho menos. Pero mis hijos insisten "preocupados"? Lamentan, mientras tanto, que las dependencias de sus amplios apartamentos junto al mar estén ocupadas y por lo tanto yo no pueda estar ni con uno, ni con otro... así dicen ellos. Además, mis hijos y mis nueras viven muy ocupados. Así que no tendrían como verme. Eso sin contar con mis nieto

Poema sobre la vejez

Por José Saramago Qué cuántos años tengo? -¡Qué importa eso ! ¡Tengo la edad que quiero y siento! La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido... Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Pues unos dicen que ya soy viejo, y otros "que estoy en el apogeo". Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos. Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!... ¡Estás muy viejo, ya no podrás!... Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, las ilusiones se convierten en espe

"SR SECUESTRADOR" Carta de Camilo Casariego al coronel retirado Eduardo Ferro

Enero de 2021 Se conoció una carta de Camilo Casariego, quién conoció de muy pequeño, junto a su hermana, Francesca, y su madre, Lilián Celiberti, el accionar del represor y torturador Cnel (R) Eduardo Ferro. Difundida por la Asociación de todas y todos los ex presos políticos del Uruguay, (Crysol). Sr. secuestrador Me dirijo a vos secuestrador, para aclarar un par de cosas: la primera, es que por más que vos creas que sos víctima de los comunistas, te aclaro, que vos sos un genocida: "persona que aniquila en forma sistemática e intencional a un grupo social...." por ende, espero que nadie en este país u en otros, te defienda, como se dice en la jerga "quemás". Yo que fui unas de tus víctimas, tengo esa firme esperanza. Seguramente no me recuerdes, seguro recordarás más fácilmente el operativo que nos involucra "zapato roto", pero yo sí recuerdo perfectamente la primera vez que tus "camaradas" interrumpieron mi juego, me cambiaron la vida, romp

Haz tu nombre divino, hermano desaparecido

Han sido tantos los hermanos desaparecidos en todos los países de América, desde los años 60, 70 y 80, que se cuentan por miles. Es cierto también que en algunos países se empieza a cumplir la justicia por aquellos crímenes, pero también es cierto que muchos son amparados por los gobiernos norteamericanos y no existe extradicción posible. Haz tu nombre divino, hermano desaparecido Bruno Insurgente Y el tiempo, que ya no sabe si es tirano, o es terco me ha dicho que la impunidad es un capricho para el pueblo uruguayo que por no saber cerrar una puerta de la memoria, recurre al olvido. Hermano muerto hermano desaparecido tu voz se ha ido y tu lucha adormecido. Ve a galopar por la luz, haz tu nombre divino y no regreses aquí no sea que oscurezcan mas tu camino. El viento sopla un amargo silbido, un triste recuerdo, del hogar destruido, los ejércitos del odio una vez mas, reprimen a un pueblo deprimido. Madre querida, si susurran mi nombre estaré vivo, dice un ángel errante, un herman

Prohibido olvidar: canciones para nuestros desaparecidos

“Prohibido olvidar” salió a la luz en 1991, en el álbum “Caminando” de Rubén Blades, mientras que “Desapariciones” forma parte del álbum “Buscando América”, de 1984. Hablar de Latinoamérica y de su historia es hablar de muertos, desaparecidos, torturados, desde la colonización hasta el siglo XXI. La gran constante desde la instauración de los Estados modernos es el monopolio de la violencia dirigido a los sectores que en el imaginario de las clases que ejercen el poder, representan una amenaza al statu quo, es decir, a las bases sobre las que se levantan todas sus estructuras de dominación. Uno de los capítulos más violentos, de la historia reciente, en Latinoamérica ha sido la creación de dictaduras militares, que a través de prácticas sociales genocidas (como plantearía Daniel Feierstein, en su libro El genocidio como práctica social) buscó, a través del asesinato y del terror, reorganizar las relaciones sociales hegemónicas, buscando la liquidación (de grupos políticos) como punto d

Música y Memoria: ANGELITOS

Por Iliana Da Silva. Música y memoria Hay canciones que nos marcan, que dejan huella en nuestra vida. Canciones que pueden generar una profunda reflexión y otras que tienen un ritmo pegadizo, que invita a bailar o a cantar. Melodías que relatan historias de héroes, heroínas, amor, desamor, soledad, discriminación, desigualdad, luchas ganadas o perdidas: todas nos marcan por algo, porque nos conectan con nuestra infancia o adolescencia; con momentos de cambio, felicidad o dolor. En estos días, un hecho me conectó con una canción que, sin lugar a dudas, fue una de las canciones de denuncia que marcaron los primeros años del regreso de la democracia en nuestro país. La marcha del silencio, que este año, lejos de achicarse por la pandemia, se multiplicó con expresiones individuales y colectivas, trajo a mi memoria la canción “Angelitos” de José Carbajal, el Sabalero, oriundo de Juan Lacaze. El Sabalero escribió “Angelitos” cuando estaba en México, y cuando regresó a Uruguay la