José Buenaventura Durruti Dumange (León, 14 de julio de 1896-Madrid, 20 de noviembre de 1936) fue un sindicalista y revolucionario anarquista español. ... Falleció a comienzos de la Guerra Civil Española luchando en el bando republicano al frente de una formación de milicianos conocida en su nombre como columna Durruti.
ENTREVISTA A DURRUTI
Momentos antes de partir hacia el frente, el periodista canadiense Van Passen mantuvo una entrevista con Durruti, que fue publicada en el «Toronto Star» y que por su interés creo oportuno transcribir
Van Paasen describe al veterano líder revolucionario como un hombre alto, moreno, de rostro despejado y rasgos morunos, hijo de un campesino pobre en el que llamaba la atención su peculiar habla chispeante y gutural. Representa a una organización sindical con dos millones de afiliados sin cuya colaboración nada podría hacer la República. Las declaraciones de Durruti a The Toronto Daily Star son una exacta radiografía de los fines, métodos y ambiciones de la revolución anarquista. “A donde quiera que vayas”, escribe el periodista en su crónica, “es Durruti y otra vez Durruti de quien se oye hablar como de un hombre admirable.
The Toronto Daily Star, 18 de agosto´36
*Por Pierre Van Paasen (1895 - 1968)
(…) No, aún no los hemos puesto en fuga- dijo enseguida con franqueza, cuando le pregunté por las posibilidades de victoria sobre los rebeldes-. Tienen Zaragoza y Pamplona, donde están los arsenales y las fábricas de munición. Debemos tomar Zaragoza, y luego dirigirnos al sur para enfrentarnos a Franco. Seguramente, dentro de dos o tres semanas, libraremos la batalla decisiva.
- ¿Dos o tres semanas?- pregunté pesaroso.
- Sí, quizá un mes. Esta guerra civil durará todo agosto, por lo menos. Las masas se han alzado en armas. El ejército ya no cuenta. Sólo hay dos bandos: el de los civiles que luchan por la libertad y el de los civiles que son rebeldes y fascistas. Los trabajadores de España saben que si triunfa el fascismo, se verán abocados al hambre y la esclavitud. Pero los fascistas también saben lo que les espera cuando sean vencidos. Por eso la lucha es implacable y constante. Para nosotros, se trata de aplastar el fascismo y barrerlo para que no pueda volver a asomar en España. A pesar del Gobierno.
- ¿Por qué dice que a pesar del Gobierno? ¿Acaso el Gobierno no combate la rebelión fascista?
- Ningún Gobierno del mundo combate el fascismo hasta su muerte. Cuando la burguesía ve que el poder se le escapa entre los dedos, recurre al fascismo para poder mantenerse. Hace mucho tiempo que el Gobierno liberal de España podría haber dejado sin poder a los elementos fascistas. En vez de eso, dio rodeos y llegó a compromisos y perdió el tiempo. En este momento, incluso ahora, en el Gobierno hay gente que quiere tratar a los rebeldes con guante de seda. El actual Gobierno puede llegar a necesitar a las fuerzas rebeldes para aplastar al movimiento obrero.
(…) ¿Así que piensa seguir con la revolución? Largo Caballero e Indalecio Prieto dicen que el Frente Popular sólo es para salvar la República.
- Puede que esa sea la opinión de esos señores. Nosotros, los sindicalistas, luchamos por la revolución. Sabemos lo que queremos. Para nosotros no significa nada que en alguna parte del mundo exista una Unión Soviética que obtuvo la paz y la tranquilidad sacrificando al fascismo bárbaro de Stalin a los trabajadores de Alemania y China. Queremos la revolución en España, y la queremos ahora, no después de la siguiente guerra europea.
(Era corresponsal para Europa de The Toronto Daily Star. Conocía bien España y, a su llegada a Barcelona, se sumó a la columna de Durruti, mítico líder revolucionario que falleció unos meses después en Madrid. Su entrevista es un texto ya clásico para el estudio del anarquismo)
DURRUTI: No, todavía no hemos puesto en fuga a los fascistas. Siguen ocupando Zaragoza y Pamplona, donde están los arsenales y las fábricas de municiones. Debemos conquistar Zaragoza a toda costa. Las masas están armadas, el antiguo ejército ya no existe. Los trabajadores saben lo que significaría el triunfo del fascismo: carestía y esclavitud. Pero también los fascistas saben lo que les espera si son vencidos. Por eso ésta es una lucha sin compasión. Para nosotros se trata de aplastar para siempre al fascismo. Y a pesar del gobierno.
Sí, a pesar del gobierno. Lo digo porque ningún gobierno del mundo combatirá a muerte al fascismo. Cuando la burguesía ve huir el poder de sus manos, recurre al fascismo para mantenerse. Hace tiempo que el gobierno liberal español habría podido reducir al fascismo a la impotencia. En cambio ha vacilado, ha maniobrado y tratado de ganar tiempo. Incluso actualmente hay en nuestro gobierno hombres que quisieran tratar a los rebeldes con guante de seda. ¿Quién sabe? (Se ríe.) Tal vez un día este gobierno podría necesitar a los militares rebeldes para destruir al movimiento obrero...
VAN PAASEN: ¿De modo que prevé dificultades incluso después de sofocada la rebelión de los generales?
DURRUTI: Sí, habrá una cierta resistencia.
VAN PAASEN: ¿Resistencia por parte de quién?
DURRUTI: De la burguesía, por supuesto. Aunque la revolución triunfe, la burguesía no se dará por vencida tan fácilmente.
Nosotros somos anarcosindicalistas. Luchamos por la revolución. Sabemos lo que queremos. Poco nos importa que exista en el mundo una Unión Soviética por amor a cuya paz y tranquilidad Stalin ha entregado a los trabajadores alemanes y chinos a la barbarie fascista. Queremos hacer la revolución aquí, en España, ahora mismo, no después de la próxima guerra europea. Nosotros actualmente les damos más preocupaciones a Hitler y a Mussolini que todo el ejército rojo. Con nuestro ejemplo les mostramos a la clase obrera alemana e italiana cómo se debe tratar al fascismo.
Yo no espero la ayuda de ningún gobierno para la revolución del comunismo libertario. Es posible que las contradicciones dentro del campo imperialista influyan en nuestra lucha. Es bastante posible. Franco se esfuerza por arrastrar al conflicto a toda Europa. No vacilará en lanzar a los alemanes contra nosotros. Nosotros, en cambio, no esperamos ayuda de nadie, ni siquiera de nuestro propio gobierno.
VAN PAASEN: Pero si triunfan descansarán sobre un montón de ruinas.
DURRUTI: Siempre hemos vivido en barracas y tugurios. Tendremos que adaptarnos a ellos por algún tiempo todavía. Pero no olviden que también sabemos construir. Somos nosotros los que hemos construido los palacios y las ciudades en España, América y en todo el mundo. Nosotros, los obreros, podemos construir nuevos palacios y ciudades para reemplazar a los destruidos. Nuevos y mejores. No tememos a las ruinas. Estamos destinados a heredar la tierra, de ello no cabe la más mínima duda. La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia. Pero nosotros llevamos un mundo nuevo dentro de nosotros, y ese mundo crece a cada instante. EstáP creciendo mientras yo hablo con usted.
LA COLUMNA DURRUTI
La Columna Durruti fue una columna de milicias populares, de ideología anarquista, que participó en la Guerra Civil Española de 1936. Salió de Barcelona, el 24 de julio de 1936, con la intención de liberar Zaragoza, entonces en poder de los nacionales. Comenzó la guerra con unos 2.500 milicianos, pero en el transcurso de los meses llegó a tener 6.000 e incluso 8.000 según otras fuentes.
Estuvo comandada por Buenaventura Durruti durante los primeros meses. La Columna Durruti salió de Barcelona el 24 de julio, formada por unos 2.500 milicianos, y se dirigió directamente hacia Zaragoza, teniendo como objetivo la recuperación de la ciudad. Tuvo un primer combate en Caspe, y cuando ya se encontraba a escasamente 22 kilómetros de la ciudad de Zaragoza, los mandos decidieron frenar el avance por miedo a verse aislados y rodeados.
"Durruti y yo no nos casamos nunca, por supuesto. ¿Qué se figura usted? Los anarquistas no van al registro civil. Nos conocimos en París. Habrá sido en 1927. Él acababa de salir de la cárcel. Había habido una campaña inmensa en toda Francia, el gobierno había cedido, los «tres mosqueteros» (ése era el sobrenombre que les había puesto la prensa) fueron libertados. Durruti salió, esa misma tarde visitó a unos amigos, yo estaba allí, nos vimos, nos enamoramos a golpe de vista, y así seguimos".
"Sí, los anarquistas siempre hablaban mucho del amor libre. Pero eran españoles al fin y al cabo, y da risa cuando los españoles hablan de cosas así, porque va contra su temperamento. Repetían lo que habían leído en los libros. Los españoles nunca estuvieron a favor de la liberación de la mujer. Yo los conozco bien a fondo, por dentro y por fuera, y le aseguro que los prejuicios que les molestaban se los quitaron enseguida de encima, pero los que les convenían los conservaron cuidadosamente. ¡La mujer en casa! Esa filosofía sí les gustaba. Una vez un viejo compañero me dijo: «Sí, son muy bonitas sus teorías, pero la anarquía es una cosa y la familia es otra, así es y así será siempre.
Con Durruti tuve suerte. Él no era tan atrasado como los demás. ¡Claro que él sabía también con quién estaba tratando!
Emilienne Morin
El mismo Durruti: "Por ejemplo, ante una burla machista decía: "Cuando mi mujer va a trabajar yo limpio la casa, hago las camas y preparo la comida. Además, baño a la nena y la visto. Si crees que un anarquista tiene que estar metido en una taberna o un café, mientras su mujer trabaja, quiere decir que no has comprendido nada"
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