Investigadores de la Universidad de México estudiaron los niveles de calcio en las arterias coronarias de los integrantes de la etnia, en relación a la probabilidad de obstrucción de los vasos sanguíneos y de ataques cardíacos, y comprobaron con sorpresa que los tsimanié adultos no presentaron endurecimiento de las arterias, una característica presente en los ancianos de todas las sociedades.
Los investigadores visitaron 85 aldeas tsimané entre 2014 y 2015 y estudiaron a 705 adultos de entre 40 y 94 años.
Según explicaron para tener una referencia un índice de entre 100 y 400 supone una alta probabilidad de que se haya desarrollado una forma ligera de enfermedades coronarias.
Los resultados del estudio mostraron que 596 (el 85 %) de los participantes tuvieron un nivel cero de calcio en las arterias coronarias, 89 (el 13 %) tenían niveles de entre 1 y 100, y 20 (el 3 %) contaban con niveles superiores a los 100.
De los individuos de 75 años o más, 31 (el 65 %) revelaron niveles cero y solo cuatro (el 8 %) superaron los 100 puntos, tasas cinco veces menores que en las poblaciones industrializadas.
“Tienen menos aterosclerosis que las mujeres y hombres japoneses que siguen una dieta extremadamente baja en grasas”, indicó el cardiologo Chris Rowan, quien formó parte del equipo de investigadores.
En promedio, según el estudio, un tsaimanié de 80 años muestra la misma edad vascular que un estadounidense de 55.
Factores para una vida saludable
Los investigadores explican que los bajos riesgos de contraer enfermedades coronarias se deben al modo de vida saludable de este pueblo donde los habitantes no fuman ni toman alcohol y hacen al menos 15.000 pasos al día.Otro factor importante es la dieta de los tsimané, en la que predominan el arroz, el maíz, la yuca y los plátanos. A esto se suma un considerable consumo de nueces y frutas. El 72 % de las calorías las proporcionan los carbohidratos, el 14 % las grasas, y éstas nunca son trans.
Los integrantes de la tribu no consumen alimentos procesados y comen los animales que cazan o pescan, además de los productos de sus propias cosechas.
Ese estilo de vida y alimentación es lo que ha hecho que a los tsimané no se les endurezcan las arterias y que los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares sean anecdóticos. El estudio también encontró que la frecuencia cardiaca, la presión arterial, el colesterol y la glucemia también fueron bajas.
Sin embargo, alerta la investigación, producto del intercambio con otras sociedades, la dieta de los tsimanié también cambió y sus niveles de colesterol han aumentado gradualmente en los últimos cinco años.
Tomado de: http://www.lr21.com.uy
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