Un hombre se sentó en una estación de metro de Washington DC y comenzó a tocar violín, una fría mañana de enero; tocó seis piezas de Bach durante 45 minutos. En ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que alrededor de 1.100 personas cruzaron la estación, en su mayoria, en camino al trabajo. Tres minutos pasaron cuando un hombre de mediana edad notó al músico, ralentizando el paso, se detuvo por unos segundos, pero siguió después su recorrido para no llegar tarde. Un minuto después, el violinista recibió su primer dólar, una señora tiró el dinero sin siquiera parar y siguió su camino. Unos minutos después, alguien se detuvo junto a la pared para escucharlo, pero mirando el reloj reanudó la marcha. Estaba claramente atrasado para el trabajo. Quien prestó mayor atención fue un menor de 3 años. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos los padres, sin excepción, obligaron a los niños a continuar. En los 45 minutos en que el músico tocó, sólo 6 personas para